Hay momentos que podrían calificarse como históricos para cualquier colectivo. Puede parecer pretencioso. Quizás de hecho lo sea. Es “la historia”, es decir, el paso del tiempo, el que acaba eligiendo sus momentos. Aquellos que han significado cambios importantes para las sociedades. Pero adivinar cuando se está delante de uno de esos momentos, es la clave para que los esfuerzos a realizar cada día tengan el impulso extra que da la motivación de pensar que podemos cambiar cosas. No tenemos duda de que la Odonto-Estomatología en general, y la Ortodoncia en particular, están ante uno de ellos.
Después de años de aparente pasividad, donde nuestra vida ha transcurrido sin grandes sobresaltos, de repente acontecimientos llamativos por su repercusión e impacto en nuestra manera de hacer las cosas han obligado a todos a tomar decisiones y afrontar desafíos.
La creación de nuevas facultades de Odontología que han incrementado el número de profesionales por encima del necesario, la aparición de las empresas de servicios odontológicos que han cambiado el modelo de negocio tradicional de odontólogos y estomatólogos, la implantación definitiva de los tratamientos interdisciplinares que han sustituido al “hombre orquesta”, la irrupción imparable de los alineadores en la ortodoncia, la creciente influencia de las casas comerciales en la práctica clínica, la aparición de nuevas sociedades que intentando ocupar nuevos espacios han generado si no división, al menos descoordinación, el intento de algunas sociedades científicas de “invadir” espacios que tradicionalmente ocupaban otras, el cambio de paradigma que han supuesto las redes sociales a la hora de vehiculizar información científica veraz y contrastada… parece que “el patio está muy revuelto”…