Aunque ya han pasado unos cuantos meses de nuestro último congreso de Cádiz, no quiero dejar pasar la oportunidad que se me brinda para poner sobre la mesa algunas de las reflexiones que, extensibles a todos nuestros congresos, me hacía a su término.
En primer lugar y para que lo que más adelante diré sea interpretado en su justo sentido, debo de manifestar que en mi opinión gozamos, en líneas generales, de unos buenos congresos. Bondad que se basa, creo, en primer lugar y sobre todo en el gran esfuerzo de los organizadores. Después ya, también en la labor de apoyo y control de las juntas directivas de la sociedad, las aportaciones personales de los socios participantes y, por último y también importante, en el apoyo de las casas comerciales.
Dejado claro esto voy a continuación con los peros.