Introducción
En un mundo gobernado por las valoraciones estéticas, el ortodoncista actual no puede perseguir tan solo la oclusión dental funcional. Las diferencias en la forma, posición y plenitud labial determinan las diferencias en la valoración de lo que, tanto odontólogos como pacientes, consideran estético o no(1)(2).
La mejora de la estética es una parte integral del tratamiento de ortodoncia. Los profesionales deberían entender qué aspectos faciales son considerados atractivos por sus pacientes. La posición labial tiene una importante influencia en la estética del perfil facial(3).
El concepto de estética facial está atado muchas veces a un juicio subjetivo. El atractivo facial podría relacionarse con diferentes factores: grupo étnico, edad, sexo, región y perfil profesional(4).
La población tiene diferentes opiniones de cómo las diferentes partes de la cara forman una unidad armónica. Es importante considerar la percepción de los pacientes para intentar satisfacer sus expectativas en la determinación del perfil labial más agradable(5).
Ricketts describió el plano estético como una línea que se extiende desde la punta de la nariz a pogonion blando(6). Esta línea de referencia es conveniente para el análisis de la posición de los labios. Ricketts hizo hincapié en la importancia del equilibrio de los labios en relación con la nariz y el mentón. Se-ñaló que los labios excesivamente protuberantes o retrusivos eran antiestéticos o inarmónicos.
Burstone(7) defendió que el análisis del perfil de los tejidos blandos debería ser una consideración importante en la planificación del tratamiento de ortodoncia. Afirmó que la postura de los labios era un elemento fundamental no solo en la estética facial en general, sino también de la función y estabilidad des-pués del tratamiento(8).
Lamentablemente los estándares cefalométricos(6)(9) no reconocen las diferencias sexuales y están basados principalmente en el análisis de tejidos du-ros. Los estándares de perfiles blandos son más es-tudiados en cirugía ortognática(10).