Introducción
El anclaje esquelético está revolucionando la mecánica ortodóncica convencional especialmente en el plano vertical y horizontal(1)(4). Los microtornillos presentan una serie de ventajas sobre el resto de los sistemas de anclaje esquelético como son el bajo coste, la inserción y remoción sencilla, así como la posibilidad de ser colocados entre las raíces dentarias.
Los microtornillos son un buen elemento de anclaje tanto para la retracción del sector anterior(3)(4)(7)(11) como para la distalización de toda la arcada mandibular(9) o la intrusión de uno o varios dientes(8)(5) y también para la mesialización molar(10). Actualmente también podemos cambiar la posición espacial de la mandíbula antero-rotándola tras la intrusión de los molares durante el cierre de una mordida abierta(6)(12)(5). La biomecánica tradicional, extraoral y mentonera de tiro alto, los correctores verticales activos o los imanes requieren todos ellos de una gran colaboración del paciente para intruir los sectores posteriores de una manera predecible y efectiva.
Vamos a presentar a una paciente donde realizamos un giro horario del plano oclusal(13)(14) con dos microtornillos colocados en el borde infracigomático del maxilar previamente ferulizado con una estructura de resina que recubría la superficie de los sectores posteriores (premolares y molares). Sabemos que la intrusión de los sectores posteriores maxilares está asociado a un mayor o menor grado de antero-rotación mandibular y esta nueva posición espacial minimizaría la cantidad de avance quirúrgico necesario del fragmento mesial durante la osteotomía sagital de la rama mandibular.
La localización de los microtornillos en el borde infracigomático es una de las localizaciones preferidas por múltiples autores(6)(26) para el control del plano oclusal maxilar en los pacientes dolicofaciales y puede eliminar la necesidad de realizar un procedimiento ortognático bimaxilar en régimen hospitalario y con anestesia general(17). (Fig. 1)