5544INTRODUCCIÓN
La aparición del método cefalométrico en la primera mitad del siglo XX significó, para los ortodoncistas, un cambio cualitativo en la manera de realizar sus diagnósticos. Y, aunque hoy en día parece estar perdiendo la consideración de otros tiempos, sigue siendo, junto con la historia clínica, la exploración y el resto de pruebas complementarias, un pilar funda-mental a la hora de efectuar el diagnóstico y el plan de tratamiento ortodóncico.
En 1931 Broadbent(1) hablaba de una nueva técnica de rayos X que podía ser aplicada de forma directa e inmediata en el campo de la ortodoncia como un medio para medir dientes y cambios faciales.
En 1940, Higley(2) reconocía la importancia de la telerradiografia.
A la hora de plantear nuestros tratamientos deben ser considerados varios aspectos, tales como: la salud periodontal, la mecánica de ortodoncia, las alteraciones funcionales y estéticas, y la estabilidad del tratamiento.
En 1943 Herbert I. Margolis(3) exponía la importancia que daban, hasta ese momento, a la inclinación axial del incisivo inferior en la estética facial. La justificación que utiliza para estudiar la inclinación solamente de los incisivos inferiores es porque no sólo considera que tiene una relación directa con el prognatismo de la barbilla, sino que: “Clínicamente, el ortodoncista ha demostrado que también puede alterar la cara del paciente enormemente cambiando incluso ligeramente la inclinación de estos incisivos”.
Hays Nance en 1947 afirmaba lo siguiente: “1) Si se debe alcanzar un resultado estable y permanente en el tratamiento de ortodoncia, los dientes inferiores deben colocarse correctamente en relación con el hueso basal. 2) La longitud de arcada puede ser aumentada de forma permanente sólo en una medida limitada. 3) Una excesiva inclinación de los incisivos inferiores es deplorable, casi tanto como la excesiva inclinación labial de los dientes. 4) El correcto posicionamiento de los dientes mandibulares anteriores requiere un cuidadoso análisis del caso. 5) Muchos fracasos son debidos al fracaso del ortodoncista en el tratamiento”.(4)