Introducción
La recesión gingival (RG) se define como la exposición local o generalizada de la superficie de la raíz de los dientes sin acompañamiento de inflamación ni de bolsas periodontales(1).
Es una lesión que se caracteriza por el desplazamiento del tejido apical al margen de la unión cemento-esmalte con la exposición de la superficie de la raíz(2).
La RG se clasifica como una condición limítrofe entre la enfermedad periodontal y un estado saludable(3). Esta RG localizada y la consiguiente exposición de la raíz pueden representar un problema estético para el paciente y de sensibilidad por esta exposición(4).
La etiología de las recesiones gingivales es multifactorial. Entre las causas que contribuyen al desarrollo de las RG, diferenciamos los factores predisponentes y los precipitantes. Según Chatzopoulou, los factores predisponentes son el biotipo gingival, la dehiscencia ósea y la inserción de frenillos altos. Los factores precipitantes son la placa bacteriana y el cálculo, la enfermedad periodontal, el trauma, el movimiento dental, el tabaco, la curación tras el tratamiento periodontal, las maloclusiones, los márgenes coronales subgingivales, las obturaciones desbordantes, las dentaduras parciales, los hábitos nocivos y el trauma mecánico con el cepillo(3).
Otro factor importante de la RG puede ser un tratamiento de ortodoncia activo o en fase de retención. Hay varias ideas de cómo la terapia de ortodoncia puede influir en el desarrollo de RG. El movimiento de los dientes, en especial el movimiento hacia vestibular o lingual de la cortical alveolar, puede producir adelgazamiento de la cortical o dehiscencias(4). En consecuencia, una encía marginal sin soporte óseo alveolar puede migrar hacia apical produciendo exposición radicular.
Diversos autores aseguran que el tratamiento ortodóncico favorece el pronóstico periodontal de las piezas dentarias al mejorar sus condiciones funcionales y también el control de la placa microbiana al eliminar o disminuir las zonas retentivas(5).
Sin embargo, hay autores que afirman lo contrario, Slutzkey y Levin observaron en adultos jóvenes que habían sido tratados con ortodoncia años antes y mostraron más tarde doble riesgo de desarrollar la recesión gingival que sus pares no tratados(6)(7)(8).