INTRODUCCIÓN
La posición óptima del cóndilo dentro de la cavidad glenoidea cuando los dientes están en máxima intercuspidación sigue siendo una cuestión fundamental en ortodoncia. Muchos autores han descrito la asociación entre la posición posterior del cóndilo en la cavidad glenoidea con desarreglos internos articulares(1)(2)(3). Sin embargo, también se ha descrito que la posición posterior del cóndilo en la cavidad glenoidea no es un factor predictivo del todo fiable para determinar la ausencia o presencia de desplazamiento discal, a pesar de la asociación existente entre ambos(4)(5). Aunque en los desarreglos internos el cóndilo tiende a desplazarse a una posición más posterior dentro de la cavidad glenoidea, en los casos con desplazamiento de disco sin reducción el cóndilo no está desplazado tan posteriormente si se compara con los casos con desplazamiento discal con reducción, es decir, cuando el grado de desplazamiento discal es más severo, el espacio articular posterior tiende a incrementarse a una distancia similar a la de una articulación sana con una posición condilar normal(6), en la misma línea Kurita y cols.(7) observaron que a medida de que el desplazamiento discal se hace más severo el cóndilo tiende a volver a su posición más concéntrica. La mayoría de estudios sobre la posición condilar en la cavidad glenoidea en pacientes asintomáticos con función tempromandibular normal, se han realizado en pacientes con diferentes maloclusiones u oclusiones no ideales(8)(9)(10)(11). Ikeda y Kawamura(12) evaluaron la posición óptima condilar en pacientes sin desplazamiento discal verificado con RMN, con oclusión ideal y coincidencia entre relación y oclusión céntrica verificada mediante montaje en articulador.
Para visualizar la posición del cóndilo se han utilizado diferentes tipos de radiografías. La primera técnica radiográfica para determinar su posición fue la proyección transcraneal, pero son imágenes de difícil interpretación(13). La reciente introducción de la tecnología 3D en la odontología, tal como la tomografía computarizada de haz cónico (cone beam computed tomography o CBCT) permite un análisis completo y fiable de la morfología y posición de los cóndilos con menor coste y exposición de radiación ionizante comparada con la tomografía médica tradicional(14). Se pueden realizar mediciones lineales en los registros del CBCT en los tres planos del espacio. En la literatura, se encuentran diversos estudios que evalúan la exactitud y fiabilidad de las mediciones lineales y angulares utilizando el CBCT(15). Las mediciones de los cóndilos son más exactas y fiables en el CBCT respecto a las obtenidas en proyecciones panorámicas(16).