INTRODUCCIÓN
El uso de bandas en ortodoncia fue durante muchos años, la pieza clave del funcionamiento de los aparatos de ortodoncia. Estas fueron, hasta los años 60, la única posibilidad de aplicar fuerzas controladas sobre las piezas dentales(1). En los años 80, y debido a la dificultad de manejo clínico de las bandas(2), surgió la posibilidad de cementar los brackets directamente sobre el esmalte(3). Esto tuvo lugar gracias a las aportaciones de Buonocore en 1955 con la técnica del grabado ácido(4) y de Bowen en 1963 con el desarrollo de la resina Bisfenol-A-glicidil-metacrilato (Bis-GMA) que dio paso a las primeras resinas compuestas(5).
En el tratamiento ortodóncico es importante una adecuada adhesión entre el bracket y el diente(6). Debemos considerar que el sistema adhesivo que una el bracket al esmalte debe ser lo suficientemente fuerte como para que no se descemente accidentalmente, a la vez que debe permitir el descementado del bracket al final del tratamiento sin producir lesiones en el esmalte(7).
La fuerza de adhesión entre el bracket y la superficie del esmalte depende principalmente de tres factores, de la preparación de la superficie del diente, de los materiales utilizados para el cementado y del mecanismo de retención de la base del bracket(8). El diseño de la base del bracket es determinante en la resistencia a las fuerzas a las que se ven sometidos estos(9)(10).
Actualmente son muchos los diseños de bases de brackets que se usan en clínica. Las bases del tipo malla son las más utilizadas. En su diseño existe un espaciado de la malla que varía entre los distintos tipos de brackets. Este espaciado afecta a la distribución de la carga del sistema esmalte-adhesivobracket(11), se sugiere que a mayor distancia entre los espacios, más retentivo será el sistema(10).
Recientemente se han introducido en el mercado brackets con una base de micro-columnas. Según el fabricante, esta estructura mejora la fuerza adhesiva de los brackets al esmalte. Los objetivos de este estudio fueron: