Introducción
Se ha descrito en la literatura(1) la presencia de caninos incluidos ya en cráneos del siglo VI a. C. Después del tercer molar mandibular, los caninos superiores son los dientes con mayor frecuencia de impactación. El canino maxilar permanente tiene una prevalencia de no erupción y erupción ectópica de 0.9-2%, en muestras no previamente seleccionadas para el tratamiento de ortodoncia. Su localización más frecuente es en palatino (85% de los casos), mientras que sólo el 15% están ubicados en vestibular(2).
Los caninos maxilares juegan un papel importante en el mantenimiento de la forma y de la función de las arcadas dentarias, así como en la estética de la sonrisa(3). Desde el punto de vista eruptivo, los caninos maxilares tienen el camino más largo y más tortuoso, desde su lugar de formación, lateral a la fosa piriforme, a su punto final en la posición oclusal(4). En la mayoría de los casos, necesitan tratamiento ortodóncico- quirúrgico combinado, para su adecuada erupción(5).
Hay muchos factores etiológicos asociados a la impactación del canino maxilar. Bishara et al.(6) enumera las causas más comunes como una combinación de los siguientes factores: discrepancia óseo dentaria, pérdida temprana del diente deciduo o retención prolongada de éste, posición anormal del germen dentario, presencia de fisura palatina, anquilosis, quiste o formación neoplásica, dilaceración de la raíz, origen iatrogénico o condición idiopática sin causa aparente.
El diagnóstico de impactación de un canino maxilar es evaluado clínicamente cuando uno de los caninos maxilares permanentes está ausente en el arco dental después del tiempo de erupción esperado, con la presencia del canino contralateral erupcionado normalmente(7). Es por eso que se recomienda la inspección y la palpación en la región canina desde los 9-10 años de edad(8). Los clínicos deberíamos sospechar de una posición ectópica cuando el canino no es palpable en el sulcus bucal a los 10 años de edad, o si es palpable en otra posición. La detección temprana de un canino impactado, y el diagnóstico y la valoración de la extensión de la posible reabsorción de los dientes adyacentes es fundamental para poder tomar medidas para prevenir complicaciones posteriores(5)(9)(10).