Introducción
Históricamente las fotografías faciales han sido registros importantes en la práctica de la ortodoncia tanto al inicio del tratamiento como al final de este(1)(2). Sin embargo, desde que en el año 1931, Broadbent introdujo la cefalometría radiográfica(3), los diagnósticos esqueléticos en ortodoncia se realizan con este método.
Las medidas cefalométricas fueron agrupadas en numerosos análisis cefalométricos: Downs(4)(5), Steiner(6), Tweed(7)(8), Jarabak y Fizzell(9), Sassouni(10), Bjork(11), Ricketts(12)(13), McNamara(14), Arnett y Bergman(15) y Arnett y cols(16). Estas medidas sirvieron a los clínicos para establecer unas bases de lo que eran unos patrones esqueléticos normales o patológicos y supusieron una herramienta muy útil en el diagnóstico y plan de tratamiento de los pacientes de ortodoncia.
No obstante, el uso estandarizado de las radiografías como método diagnóstico conlleva una serie de inconvenientes tales como la absorción de pequeñas cantidades de radiación por parte de los pacientes, una técnica depurada para la toma de la radiografía, un mayor coste así como la inviabilidad para estudios epidemiológicos a gran escala, por lo que sería interesante disponer de otro método de bajo coste y baja tecnología17.
Publicaciones previas han encontrado relaciones constantes entre los tejidos blandos y las estructuras esqueléticas a través de los análisis de las telerradiografías laterales18,19,20. Esto sugiere que el empleo estandarizado de las fotografías faciales de perfil puede ser un método útil para determinar la anatomía craneofacial.
Por tanto, la posibilidad de predecir valores cefalométricos a través de las fotografías podría ser un método no invasivo relevante especialmente en los casos de estudios epidemiológicos a gran escala. De hecho, existen pocos estudios en la literatura que comparen las medidas obtenidas en una cefalometría de una radiografía lateral de cráneo y su homóloga fotografía facial de perfil(17).
El objetivo de este estudio es comprobar la validez de las medidas cefalométricas fotográficas como test diagnóstico en la determinación de la clase ósea de un paciente comparando las medidas radiológicas (SNA, SNB y ANB) y las fotográficas (TN´A´, TN´B´ y TN´A´-TN´B´ respectivamente), establecer puntos de corte de las medidas radiológicas TN´A´-TN´B´ que mejor clasifiquen a los pacientes de acuerdo a la clasificación de clase ósea (CO) con ANB, considerando clase I ANB=2,77±2,33, estudiar la validez (sensibilidad y especificidad) de la medida fotográfica TN´A´-TN´B´ como test diagnóstico tomando la diferencia radiológica ANB=2,77±2,33 como gold standard de clase I, de acuerdo a Riedel(21) para pacientes de 8 a 11 años.