Introducción
La palabra estética proviene del griego “αìσθηΤΙΚóς” que significa “percepción”. Actualmente este término se utiliza como estudio de la belleza y de su opuesto la fealdad.
La percepción es aquel proceso por el cual patrones de estímulos ambientales son interpretados y organizados. Puede verse influenciada por una variedad de factores físicos, fisiológicos, psicológicos y sociales. La percepción es definida por el diccionario de la lengua española como: “sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos”.(1)
La belleza puede ser definida como una combinación de cualidades que dan placer a los sentidos o a la mente. La belleza, además, tiene valoraciones subjetivas.(2)
Los pacientes, con el objetivo de verse mejor y tener una mayor confianza en sí mismos, aspiran a mejorar su estética, por lo que es muy importante poder proporcionarles una sonrisa armoniosa, balanceada y estética, de lo contrario puede verse afectada la percepción que se tiene de la persona.(3)
Mejorar la apariencia de la sonrisa es una de los principales motivos por los que los pacientes buscan tratamiento de ortodoncia.(4)
Es imprescindible conocer que las soluciones de la ortodoncia —“cambios de la oclusión”— deben ser válidas para la salud oral del paciente durante toda su vida.(5)
La necesidad de estética en el mundo de la odontología está estrechamente relacionada con la estética del hombre en su mundo. El rostro es una parte muy importante en la composición de un individuo, estéticamente hablando, y a su vez, la sonrisa asume un papel muy importante.(6)
Para realizar un buen diagnóstico, la clasificación de la maloclusión es una herramienta muy importante, ya que nos lleva a crear un plan de tratamiento y elaborar una lista de problemas del paciente. Debemos clasificar la maloclusión en los tres planos del espacio: anteroposterior, vertical y transversal ya que en la maloclusión no sólo se ven afectados los dientes, sino todo el aparato estomatológico en general (sistema neuromuscular, periodontal y óseo), que constituye el sistema craneofacial tridimensional.(7)