Introducción
La maloclusión esquelética de Clase III tiene una incidencia que oscila entre el 1 y el 5% en la población blanca(1)(2). Dependiendo de la gravedad del problema esquelético así como de otros factores dentales (inclinación de los incisivos), estéticos, o personales, el tratamiento de las Clases III esqueléticas puede consistir en la utilización de aparatos ortodóncicos para camuflar el problema o cirugía ortognática para corregir la discrepancia ósea, la cual suele ir asociada a tratamiento de ortodoncia(3).
En la actualidad, un gran número de pacientes acuden a las clínicas demandando tratamientos de ortodoncia estéticos. Los sistemas con alineadores transparentes son eficaces para el tratamiento de la mayoría de problemas ortodóncicos(4), por lo que son una de las opciones de elección cuando los pacientes piden aparatología estética.
En la mayoría de los casos de Clase III, el tratamiento combinado de ortodoncia-cirugía se realiza en 3 fases (ortodoncia prequirúrgica, cirugía y ortodoncia postquirúrgica)(5)(6), siendo cada vez más frecuente la “cirugía temprana” o incluso “cirugía primero”, lo cual evita largos periodos en los que la estética facial y dental empeora debido a la descompensación producida por la ortodoncia prequirúrgica(7)(8).
Algunos estudios han demostrado la relación entre el volumen de la vía aérea y el patrón facial y la clase esquelética(9), por lo que algunos tipos de cirugía ortognática que modifican la clase y/o el patrón esquelético pueden mejorar o empeorar dicho volumen(10).