Sistemas de retención
El diccionario de la Real Academia Española define retener como “impedir o dificultar el curso normal de algo”(1). En la disciplina ortodóncica, Moyers definió la retención como “el mantenimiento de los dientes en su posición post-tratamiento durante el periodo de tiempo necesario para mantener los resultados”(2).
A lo largo de la historia muchos autores han debatido sobre esta cuestión, expresando distintas opiniones, argumentos y teorías. Así, Angle propugnaba la inmovilización total de los dientes para no interferir en la formación de nuevo hueso(3), aunque posteriormente matizara, en la 7ª edición de su libro “Treatment of malocclusion of the teeth”, que se debía permitir total libertad de movimiento de los dientes ortodóncicamente corregidos, excepto “hacia la dirección en la que el diente tiende naturalmente a regresar”(4). Muchos profesionales5-8 han preconizado la necesidad de retener un caso ortodóncicamente tratado, durante un cierto tiempo al menos. Otros autores, como Englert, defienden la idea de que no es necesaria la retención para conseguir unos resultados estables(9).
Actualmente, la retención sigue siendo un problema. El paciente quiere saber desde el primer momento si necesitará algún retenedor, cuánto tiempo deberá llevarlo, y demás cuestiones controvertidas. En lo que sí hay consenso global en nuestra profesión es en la necesidad de un periodo de retención, por mínimo que sea, debido principalmente a tres factores: los tejidos periodontales necesitan tiempo para su reorganización tras la movilización ortodóncica(10); la persistencia de crecimiento post-tratamiento -que puede alterar los resultados ortodóncicos conseguidos-(11)(12); y la existencia de una posición inestable tras el tratamiento -pues de acuerdo con Proffit(13), la estabilización activa proporcionada por parte del sistema periodontal se ve reducida o eliminada por la acción de la aparatología ortodóncica, lo que hace que las piezas dentales no tengan capacidad amortiguadora o de estabilización frente a las presiones oclusales y de los tejidos blandos justo tras la retirada de la aparatología-.